miércoles, 22 de febrero de 2012

CONMEMORANDO A LAS LOCURAS DE ELISEO ACHAWI


Naciste en tayankani, en una familia campesina,  entre las alpacas, llamas en  un corral hechos de piedra y terrones, en un clima frio, a más  de 4000 m.s.n.m. perseguido por la angustia, tristeza, penas y sufrimientos, hoy estas  en un pueblito que esta al norte de tu comunidad, a una hora  en bus.  Andas desubicado por las calles del pequeño pueblo, algunos días  frecuentas estar en la placita del pueblo inusitado y sigiloso,  en las oficinas donde los burócratas paran sentados en un escritorio, mirando pantallas, haciendo ciertos encargos, u otras cosas más.

En días de fiestas te vi residir, al ladro de un cilindro  verde petróleo que sirve de tacho de basura, debajo de la torre , junto a la basura que rebalsa al único cilindro en una de las esquinas de la plaza,  acumulada por la orgia en el pueblo, en medio de botellas rotas, plásticos de todo color, descansas  con los pies relajados, con la nuca apoyada en el basural, algunos ratos se te nota que estas de hambre y recoges con tu mano percudido algunos panes, que sujetas con la mano izquierda en una bolsa amarilla, y tratas de mediar al hambre que te invade, y tratas de calmar el rugido de tu estomago  e intestinos vacios que no encuentran ningún nutriente ni tipo de alimento. Ya cae la tarde y te quedas dormido  soportando el frio, el viento que sopla al ambiente.

Una tarde de verano, el 06 de febrero, cuando llego a una tienda y entablo conversaciones  con la señora con faldas cuadriculadas y que lleva puesto un sombrero negro, me sorprendes cuando con tu pedido de una  manzana roja y dulce llamas la atención de la señora, te noto que estas alegre, instantáneamente abandonas la tienda con pasos erguidos, hacia un destino incierto,  mientras que  algunos campechanos, que circulan en esos espacios, murmuran que estás loco, es loco, es loco,  mencionan repetidamente, pero no sabes lo que imagina ellos de ti, solo te preocupas a llenar tu buche como los pollos que crían  en las granjas de Limatambo.

Cada mañana, cada tarde y cada vez que me doy un tour  por las avenidas y la plaza del pueblo, la mayoría de la veces te logro ver, caminas, inteligentemente, ingiriendo algún trozo de comida, estas sucio, llevas unas botas negras  rotas de caucho amarrado con una plástico rosado, tu pantaloneta está llena de manchas negras, marrones, y  muchos  colores que ni se  denominarlas, más arriba tienes puesto una chompa y casaca que cubren tu espalda virulenta,   a veces sueltas  algunos ruidos que no logran entender la gente.

Mientras trato de entender  la vida infantil, amorosa y literaria,  penas y alegrías en la vida de Vargas llosa sentado en un escritorio de cada día, me asustas cuando entras  al ambiente tocando tu lata de leche gloria o soy vida  con un peine chaval recogido de algún lugar por tus propias manos deteriorados, pero no dejo de recordar quién eres,  te acercas a donde estoy, me hablas, pero no puedo entenderte interrumpido por la música sublime que escucho en volumen alto.  Te vas y te diriges   en contrario mío, te sientas y nuevamente frotas regiamente el peine sobre la lata, produciendo un sonido raro, parecido a un estruendo en las punas que asusta a los pastorcillos de la altura, un rato te detienes,  estas sentado te quedas mirándome a mí.

Mejor te pregunto de dónde eres, me dices serenamente  que eres de tayankani, mencionas que no tienes mujer, hijos,  pero tu hermano vive en ccapana,  y no quisieras tener mujer, otra vez te pregunto si bailaste en  la fiesta del pueblo, me confirmas que es cierto, te digo si te gustaría conocer mujeres pero me dices que no, sigues sentado, comiendo algunos trozos de pastel, algunas hojas de coca concentradas en una bolsa de plástico transparente sujetas con tu mano izquierda, tu mano que también se nota desde donde estoy, que no te lavas, y esta de color negro,  las capas de tierra, polvo todavía forma una capa  en forma de cocos que al palpar seguro sentiría algo extraño y tal vez sea áspero.  La cara que llevas muestra cierta conformidad, alegría, risas , carcajadas sonriente mostrando tu labios rojizos, con los dientes amarillos te vas lentamente y abandonas el lugar.

Ahora que llovizna, moja la superficie, mientras escucho algunas canciones en el mismo lugar donde me viste por última vez , donde estarás con tus locuras, alegre o de pena, seguro que tu casaca aunque sucia estará ya mojado y aun asi te protege siquiera del viento, pasaras frio, habrás vuelto a digerir alguna bebida, ya te habrá dado hambre, ayyy achawi, no quisiera estar en tu posición, tus cuerpo debe estar temblando como un temblor que sacude   Ica y Pisco, y si todavía recuerda de  tu filosofía tal vez esta noche te irás a lima o Arequipa en avión, sueñas, sueñas, sueñas y sueñas infinitamente, pero no sabes lo que día a día te espera, pobrecito que mala suerte que tienes que s ahora solo te queda vivir la poca vida inciertamente, que la muerte seguro ya te recordara y te llevara a su cobijo, para descanses en bien o mal, ya que estos últimos días has desaparecido solo dejando algunos murmurios en la memoria de la gente que llevan “un loco hay en el pueblo”, como la cerveza que se  toma y se vota o como la piedra tirado en el camino.

Jaime Huamá Pérez
 C. P. Antropologia
UNSAAC, PUCP

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