lunes, 27 de febrero de 2012

PENULTIMO DIA DE LOS CARNAVALES

¡Ojalas que no me mojen!, es lo que pienso indefinidamente todo el día, mientras me traslado de pueblo en pueblo, de lugar en lugar, de valle a otro valle, cuando cruzo ríos, volteo abras y cuando subo de una carro a otro. Es sábado, penúltimo día de los carnavales, tarde de verano que hace pensar en el verano costeño, y día  soleado que calienta el ambiente. Muy temprano, es seis de la mañana, salgo del pequeño pueblo friolento capital de la espiritualidad andina  donde llevo ya quedándome hace dos meses, con destino a la hermosa  y gallarda provincia, tierra de los andenes de huaqrapukara,  como denominan la gente de esos lugares. Paso por Urcos, Muñapata, Quiquijana, Cusipata hasta chukiqhawana, bajando del bus de franjas azules con rojas, algunas vueltas por el espacio limitado,  circulan  poca gente, algunos station wagon, zuzuki, cherrys, yaris, estacionados están a la ribera del rio a unos metros cerca del puente que seguramente es la interconectora al pueblo que voy, y a donde tengo que llegar.
Dakar amistoso a Pillpinto, en unas horas ya tendrán que cerrar la vía,  somos el ultimo automóvil, que tenemos que dirigirnos antes que lo cerraran la vía, cuesta arriba, rio arriba, embalados corremos, curvas y curvas vamos por la pendiente derecha de la cumbre, de arriba baja un rio de aguas cristalinas, puras de la laguna que  ya se deja ver, pero todavía no lo sé su nombre hasta entonces, un rato hay un desvió, nos vamos por la vía derecha, todo derecha. Derecha y seguimos corriendo, nosotros no! Sino el automóvil.
Aparecen, ya algunas casas, ya veo mujeres, niños, transitan por el costado de la pista, y no dejo  de pensar ya me echaran agua, cierro las ventanas, para asegurarme, viajamos tres, me fijo la pista, bermas no la tiene,  pero sirve mas como una gran camino principal de la población, sobre ella transitan innumerables ovejas en manadas seguidas  o mejor digo arreadas de una o dos niños o niñas, son pastorcitos, se dirigen a las pampas verdes que más arriba están. Ganado en jaurías,  escasos burros, caballos, arreados por niños o adultos caminan dejando bostas, y la pista en esa mañana queda  como un humedal donde cayó granizada, pero esta vez parece haber caído granizada negra de composición orgánica o sea abono, están como tiros negros sobre la pista.
Marcaconga, Sangarara pueblos que están en la via a la derecha de la laguna, y mas al fondo a la izquierda  de la laguna hay un puñado de casas, es Pomacanchi,  dichos nombres de pueblos me traen recuerdos que algún día , año  y en mi infancia escuchaba canciones que nombraban tales lugares, cuando pasaba frio, hambre,  caminaba de cerro en cerro bajo la lluvia, la granizada  cubriéndome el lomo con un plástico de un metro, a veces en medio de la neblina, semicegado por el manto de neblina  blanca y espesa, llegaba a casa.
En decenas de minutos, estamos en la abra, 3876 m.s.n.m. es la altura, frio corre el viento, otra vez curvas y curvas bajan y sube al otro lado, más abajo  veo otro valle formado por dos cumbres, que hay el fondo es el pueblo que voy. En menos de media hora estoy pasando otro puente, curva a la izquierda y pasamos  por medio de un arco cuidadosamente construida y adornada lleno de colores vivos, más abajo, empinado la hay una calle agosta, llego a  la plaza, álamos, jardines, una iglesia, y sorprende un puma mirando a la capilla,  exploro rápidamente las buenas nuevas, y tengo que ir a la segunda casa de la avenida colon, una cuadra a la izquierda al frente con dirección rio abajo, esta la casa, de puertas viejas, habitaciones muy mal conservadas, con goteras, techos muy empinados, es casa abandonada, donde me quedo  algún momento.

El sol, ya cae al otro extremo, haciendo notar la tarde, me dirijo a la plaza, bulla, música,  escucho, arribando  ya veo, toda la multitud se ha volcado a la plaza, bailarinas, bailarines  bien disfrazados con trajes multicolores, con predominancia blanca y rosada clara, bailan en un círculo, rodeando están a un árbol adornado de globos serpentina, papeles, un globo celeste está más arriba, un pocho, lavadores, trajes  de todo tipo, artefactos de menor alcance, panes colgados están entres las ramas del árbol de eucalipto verde. La música retumba, en la puerta de la capilla, viejitos  provenientes que no parecen del lugar reproducen la música, una melodía que me agrada,  hasta me da ganas de bailar y quedarme en el pueblo. M e dirijo al otro lado para tomar auto para estar de regreso, un grito  casi varonil en medio de la bulla me sorprende que dice “Jaimito, Jaimito” repetidamente,   no puedo ubicar de quien se trata, miro a todos lados, pero al fin logro ubicar a una varón de chompa color tombo, con un gorro blanco, detrás de los músicos, y a su lado cajas de cerveza tomando están, es MAMANI, un compañero de la Universidad, los borrachines me empiezan a llamar al notar que soy amigo de uno de la mancha que está en la fiesta.  Dudo en acercarme, mejor me voy  a la esquina donde hay algunos autos, pregunto, ya no hay carros, es cinco de la tarde, me comentan que ya no habrá carros,  pienso, como hago, es tarde,  mejor tomo expreso, hablo con un tío  me propone la suma de 40 soles el costo, regateo, nada, tengo que aceptar, ya que al día siguiente tengo que estar en el trabajo muy temprano del pueblito donde vine esa mañana.

Hasta Chuki, voy en auto,  rápido, ya es tarde, vuelvo a pasar todos los lugares que pase al venir, pero esta vez en algunos lugares, la población goza de la buena vida bailando,  hacen el corta monte, o la yunsada lo que llaman, niños están mirando lo que bailan, esta vez ahora ellos son el público, mientras que sus padres gozan con música y trago, chicha y algunas veces con cerveza.  Seis de la tarde , ya oscurece, lo visible se vuelve ya casi invisible, llego  a  la panamericana sur,  a la orilla del rio, me bajo del carro, hace frio, felizmente no me mojaron como presumí en la mañana, espero el carro, tengo que ir en otro carro no al pequeño pueblito, si no a Sicuani, pequeña ciudad, lleno de contrabando  e ilegalidad, ni las aduanas pueden controlar, aparece bus amarillo,  zorro dice  o están escritas con un color café en sus franjas del bus y en la parte delantera sobre las parabrisas, estiro la mano derecha como quien acusa, se detienes  el carro, subo y me voy a la ciudad,  en medio de la noche que luego pasare esa noche  sin saber lo que iba pasar.
Jaime Huamá Pérez
C. P. Antropologia
UNSAAC, PUCP

¿INCLUSION O EXCLUSION SOCIAL?

El  estado peruano impulsado  por Alan García, ex presidente del Perú, creo instituciones educativas emblemáticos, con una millonaria inversión, docentes de alto nivel, infraestructura moderna, dicen que en esos colegios el sistema, funciona por pilotos, copilotos, (pasajeros), a los estudiantes que están en piloto son los que reciben mejor preparación, mayor interés de toda la burocracia. En resumen es que a estos colegios se ha asignado presupuesto por millones.
Pero que de los colegios alejados de la selva peruana, los sectores alto andinos, distritos, los conos de la ciudad capitalina, los páramos de toda la costa, comunidades campesinas y nativas , donde hay colegios, no se les presta ninguna importancia, no tiene aulas, tampoco profesores, los desastres naturales han afectado las aulas de esos colegios, los estudiantes ni tiene alimentación adecuada, desnutrición, abandono, silencio reina en estos lugares. El presupuesto  es mínimo para estos colegios, que son la gran mayoría, pero nada de nada, aparece en los proyectos educativos.
El gobierno nacionalista, con su lema inclusión social, hasta ahora con mantener el mismo sistema educativo, reproduce la exclusión social, está generando un olvido de los colegios alejados que no son emblemáticos, dando mayores oportunidades a la población donde la tiene un colegio emblemático, mientras que las la gran mayoría de la población que no la tiene, vive en el olvido, tratando de salir adelante por sus propios modos. El destino  está hecha, a la desigualdad social, de oportunidades, de importancia, hasta valorativo.
Con este sistema educativo, Perú, estas destinado  hacer paraíso de los pocos, infierno de las mayorías, tierra de la desigualdad, y exclusión social.
Firma:
El Pendejo de los Andes.
Jaime Huamá Pérez
 C. P. Antropologia
UNSAAC, PUCP